13 de julio de 2012

OJOS DE JADE


Muchas ocasiones en tu vida has cruzado un puente peatonal y enfrente de tus ojos se encuentra un hermoso paisaje, un atardecer fenomenal que pudiera llevarte a sentir lo que es estar en el paraíso; junto a esto, te peina un viento audaz que se pasea por tu cabello, juega en tu cuello y se va esperando lograr que tu mirada capte toda esta pintura que el mundo preparó para tí; sin embargo no le pones atención, te importa muy poco lo que los demás vean, lo único importante para tí es lucir y engrandecer tus ojos de jade.

Puedes y tienes el derecho de caminar con el rostro muy en alto, esos ojos penetrantes hacen que hasta el mismo astro rey se sienta opacado. Cualquier persona que te encuentra de frente es incapaz de cuadrar su vista por mucho tiempo con la tuya, no es miedo, es una especie de subordinación hacia tal belleza; en el momento que una mirada se cruza con la tuya es opacada y la atraes para siempre, para nunca dejarla ir y mantenerla al pendiente de cada movimiento de esos ojos.

Estoy seguro que hay un Dios que se encargó de proporcionarte tanta perfección, él se encarga de dar profundidad, expresión y hermosura a la mirada de la gente que está a punto de llegar a este gran mundo, puedo apostar mi vida a que eras una de sus preferidas, la mas consentida; no existe otra explicación para que tengas una ventana a tu alma tan profunda y radiante, llena de esos minerales que logran la perfección en tus hermosos ojos. A los simples mortales nos ha dejado en la lista de espera, junto a una gran máquina que elabora miles y miles de ojos idénticos; pero a ti te ha mantenido en su paraíso, reposando en la mejor de sus praderas mientras él mismo tallaba el más exquisito de los jades que darían forma y cuerpo a tus hermosos ojos.

Después de esto no puedo negar mi culto hacia aquel mineral tan verde y cautivador, puedo hacerme adicto a esa piedra utilizada como amuleto por tantas y tantas civilizaciones, es obvio que no se equivocaban; únicamente no tuvieron la suerte de ver de cerca lo que yo he podido apreciar, se hubieran podido desatar guerras milenarias, aún no estaban preparados para soportar la mirada que conforta y cautiva a cualquier creyente de la hermosura; ahora sólo me queda la duda del por qué tuve la dicha de ver en tus ojos aquel paisaje que tú desprecias, probablemente el consentido de Dios era yo y a ti te utilizó para mostrarme la grandeza de su creación.

Miguel Reyes Aquino

No hay comentarios:

Publicar un comentario

deja tu comentario, es de mucha ayuda y reflexión!!!!!